Diseñador / Agencia

ALENA YARASHEVICH

Categoría

Espacio comercial

Premio

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Estudio de belleza Dolce Far Niente

Presentación del proyecto

DOLCE FAR NIENTE
Proyecto de salón de belleza realizado
Minsk, 2024
Diseñadora y estilista: Elena Erashevich
Fotógrafa: Ekaterina Samoilovich

Este salón no es un lugar más para hacerse las uñas o peinarse.
"Pensábamos crear un club, un espacio donde la comunidad femenina se reuniera para descansar del bullicio de la ciudad, de las preocupaciones cotidianas", explica la propietaria del espacio.
Tomar un café, quedar con un amigo. Concierta una cita con un estilista y construye una imagen para el evento, eligiendo ropa, accesorios y un maquillaje. Además de los servicios tradicionales de un salón de belleza, como peluquería, manicura, maquillaje, cosmetología o masajes, puedes consultar a un nutricionista, un especialista en ayurveda o un estilista. Fórmate en cualquiera de las direcciones y asiste a una clase magistral de aficionados.

Disposición:
El propósito multifuncional implica, en primer lugar, una zonificación funcional competente. También son importantes unas comunicaciones de ingeniería bien diseñadas.

Los bocetos del proyecto se crearon a partir de la decisión de planificación. La buena luz natural se consigue mediante enormes ventanales a lo largo de toda la habitación. En la imagen artística se planeó confundir los fragmentos de recuerdos de viaje y dulce no hacer nada, de dulce negatividad y placer.

Título:
El nombre del salón de belleza es DOLCE FAR NIENTE. Podemos traducirlo del italiano "Dulce ociosidad".

Idea de diseño:
Dulce no hacer nada bajo las ramas del fantástico color azul del árbol. Observación de las intrincadas líneas en el suelo, aplicadas por la mano del artista. El color azul que energiza a pesar de su naturaleza aparentemente fría.
Estas técnicas de diseño tienen profundos significados y reflexiones sobre la naturaleza de la mujer, sus elementos agua y luna, su conexión con los antepasados tan fuerte como las raíces del árbol, que se extienden profundamente y se extienden alrededor.
Es esa naturaleza femenina que se extiende a través de las limitaciones y se adapta bajo cualquier condición floreciendo de una forma hermosa.
Detalles importantes que me gustaría mencionar.
Al entrar en el salón, nos encontramos en la zona del vestíbulo. Como en casa. Una pared de espejos amplía el espacio, y unas delicadas cortinas lo separan del salón principal. Con ello se pretende que los visitantes se sientan cómodos y no se viole su intimidad.
El mostrador de recepción está hecho según los bocetos del diseñador, al igual que la lámpara de araña azul brillante que hay sobre él. La araña es obra de la diseñadora textil y artista Tatyana Fomina.
Una característica llamativa del salón, su tarjeta de visita, era el diseño del suelo. El suelo autonivelante de un cálido tono gris claro se pintó a mano. El diseñador dibujó un boceto en el plano que, junto con la calígrafa Valeria Kaplan, se trasladó al suelo. Las líneas dibujadas a mano tienen un encanto especial porque son únicas y no perfectas. El dibujo es caótico a primera vista, pero conduce el "camino del cliente" desde la entrada hasta los despachos donde crean los maestros de belleza.
Nos llevó mucho tiempo elegir los marcos para los espejos. Al principio estaba previsto utilizar espejos vintage, pero las dificultades logísticas de los suministros desde el extranjero nos obligaron a cambiar la idea. Los marcos para los espejos fueron desarrollados por el diseñador, se implementaron en producción, se recortaron en MDF y se pintaron en varias fases.
En el centro del salón hay un árbol azul y un sofá con forma biónica.
La forma definitiva del sofá no se encontró hasta que se inventaron las líneas del suelo. Inicialmente se había previsto que el sofá fuera redondo, pero en cuanto aparecieron las líneas azules, la forma del sofá nació por sí sola. El sofá se fabricó en la planta privada de Vincente Mebel.
El árbol, bajo cuyas ramas es tan agradable relajarse, fue creado por la propia diseñadora. Para ello, se llevó a cabo una etapa de fundición: se seleccionaron árboles de distintas especies. Se preparó una gran rama de sauce, se secó, se pintó de colores y se instaló en una jardinera de hormigón, sujetando bien el tronco en su interior.
Se dejaron paredes rugosas y sin tratar en las salas de masajes y cosmetología para dar comodidad y un ambiente ligeramente distinto, diferente del de la sala principal. Lo mismo hicieron en el cuarto de baño.
Las paredes de los gabinetes están pintadas con pintura clara, a juego con el color de los muebles. En la sala de masajes, un maestro mehendi (mehendi - pintura de henna en el cuerpo) aplicó pinturas a las paredes. Decidieron hacer el techo textil, que se adapta libremente a las cortinas. Esta técnica permitió transformar la sala y darle comodidad, ligereza y feminidad.

Diseñado por ALENA YARASHEVICH

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