MINIMALISMO MAXIMALISTA El interiorismo de la sala de exposiciones del atelier de Cristina García
es una armoniosa combinación de materiales naturales, colores evocadores, formas curvas y detalles retrofuturistas que captan la esencia de la marca. Futurismo clásico. Definir el estilo de esta firma es hablar de una mezcla de tradición y modernidad. Es una adaptación de detalles folclóricos a la moda de 2050, una visión vanguardista llena de matices y referencias culturales tradicionales. Este estilo refleja la pasión de Cristina García por los volúmenes, los volantes y el realce de las siluetas femeninas, integrando una rica diversidad de influencias culturales. El espacio no sólo refleja la identidad de la diseñadora, sino que se funde con la del interiorista, dando como resultado un espacio que bebe de la tradición para situarse en el futuro. Desde Cateto Cateto hemos creado un espacio donde la intención ha sido generar una envolvente que exprese, con muy poco, la identidad de la marca, pero sin competir con el producto expuesto en el showroom. La idea era que las prendas de Cristina García fueran las protagonistas. Gracias a la amplitud espacial y visual conseguida mediante el derribo de los tabiques anteriores, el uso de los colores rosa y malva que caracterizan a la marca, hemos conseguido crear un espacio minimalista, pero maximalista en los detalles: curvas y más curvas, que exhibe claramente el espíritu de la marca. El diseño del atelier propone una planta libre y multifuncional, buscando la flexibilidad y la eficacia en el día a día. El espacio, neutro y bicromático, utiliza una paleta de colores uniforme que consigue resaltar la esencia del trabajo del diseñador. Los tabiques que separan el probador de la tienda se han sustituido por cortinas que recorren el techo, creando un espacio modular, fluido y adaptable. Estas cortinas permiten organizar funcionalmente el espacio, definiendo distintos ambientes en una superficie de sólo 80 metros cuadrados. Esta disposición genera límites de privacidad y permeabilidad. Un simple cambio en la posición de las cortinas transforma la percepción del espacio, permitiendo apreciarlo en su totalidad o fragmentarlo según la
necesidades del momento, segmentándolo en zonas predefinidas: probador, sala de atención al cliente, zona de exposición de vestidos y distribuidor que conecta con el atelier en la parte posterior. El juego de cortinas junto con los espejos genera sugerentes atmósferas y reflejos. En definitiva, el atelier de Cristina García es una extensión de su estilo, una materialización de su visión creativa desde el prisma de Alejandro Cateto