Taberna Convento: centro neurálgico de este pueblo, El Viso del Alcor, un pequeño pueblo de Sevilla, lugar de encrucijadas y encuentros: mujeres camino de la iglesia, niños jugando con la pelota, paseos románticos en las noches de verano, granizado de limón y azahar. Aquí hay sitio para todo. En esta taberna los niños todavía entran corriendo y alcanzan la barra como pueden, para pedir un vaso de agua de camino a casa desde la escuela, una cosa muy de pueblo, que desgraciadamente se está perdiendo. "Cuando recibí este encargo fue muy emocionante para mí, reformar el bar del pueblo, en la plaza del centro, donde yo había crecido. Y no lo llamo así porque éste es un pueblo pequeño y es el único bar del pueblo. De hecho, si algo hay en este pueblo son bares, pero éste es especial, es el bar más céntrico del pueblo y con más tradición, frente al Convento, un lugar protagonista de la Semana Santa y donde se celebran todas las procesiones", cuenta Alejandro Cateto. El punto de partida se dio de forma natural, se trata de una taberna "de toda la vida". Aquí nos propusimos rescatar los materiales y acabados naturales de las clásicas tabernas sevillanas, como su barra de madera, el uso del mortero de cal y las baldosas hidráulicas. Sin olvidar los clásicos garrafones. Los colores tierra nos conectan con la esencia del pueblo, mientras que la mezcla con tonos morados, nos vincula con la Semana Santa, y con la hermandad del convento vecino.

A nivel de detalle, la antigua taberna tenía un sinfín de imágenes de Semana Santa sin ningún orden ni uniformidad en todo el espacio, esto es algo muy típico de las tabernas sevillanas. Aquí hemos querido recuperar ese detalle pero de una forma mucho más armónica y ordenada, utilizando una forma de exposición más contemporánea y actual. Además podemos encontrar elementos, como las velas, recorriendo los diferentes espacios y que nos conectan con ese ambiente sagrado, íntimo y pausado, evocando los espacios religiosos del entorno, creando una atmósfera tranquila y serena.