Todo estaba en las tiendas, ¡sólo teníamos que soñar!
Frente a la normalización y la alineación, está la personalización. La tendencia actual del mercado de la construcción nos arrastra hacia un mundo de soluciones industrializadas y repetitivas.
Los grandes promotores sacan al mercado casas "para todos los públicos" acabadas con materiales neutros e inexpresivos. Así, su abanico de compradores será a priori mayor, basándose en el principio de ofrecer algo estándar que pueda venderse rápidamente y sin problemas.
¿Qué ocurre entonces con los que quieren una vivienda especial? O tienen capacidad económica suficiente para construirse su propia casa a su gusto o se verán condenados a comprar el mismo piso que su vecino, aunque sean personas totalmente distintas y sus formas de vida no tengan nada que ver. En un mundo en el que, afortunadamente, cada individuo tiene la libertad de vivir y pensar como quiera, ¿por qué tenemos que vivir todos en la misma casa?
TUR House es un ejercicio de personalización total de una vivienda en un bloque de apartamentos estándar, en un barrio obrero, dentro de un presupuesto asequible, basado en el principio de aprovechar las oportunidades que ofrece la industria para salir de lo preestablecido.
Cada vez hay menos carpinteros o herreros que trabajen de forma artesanal, y los que existen debido a la demanda se convierten en servicios prohibitivos para la gran mayoría. Lo que está estandarizado es más barato, porque se repite ad infinitum y lo pueden hacer máquinas y no personas.
¡Todavía hay esperanza! Hoy se pueden diseñar piezas, de madera industrializada, totalmente a medida, para completar un espacio que luego será cortado por máquinas, siguiendo unos acabados de catálogo bien elegidos.
TUR House no es un ejercicio de artesanía, ni un manifiesto utópico por la vuelta al trabajo manual en los oficios. Es una apuesta por lo original, lo único y personalizado a partir de soluciones y materiales que existen en el mercado general.
Trabajando con materiales estándar y disponiéndolos de forma inteligente, podemos obtener resultados únicos.
La cerámica es un material maravilloso, muy arraigado en la cultura española desde la tradición árabe e incluso antes. Buscando piezas divertidas, expresivas y sugerentes, colocándolas en lugares inesperados, conseguimos sorpresa y extrañeza y terminaremos creando un espacio diferente.
Imaginemos un salón con un zócalo de cerámica, como si fuera un patio exterior. Pensemos por un momento en un dormitorio mágico y sugerente, como los que teníamos de niños, donde uno se sentía el rey de su propio castillo, en una nube.
¿Qué ocurre si diseñamos un dormitorio infantil para un adulto? ¿Qué pasaría si el dormitorio se extendiera hasta el salón? Como una nube moviéndose por un paisaje. ¿Y si una lámpara es el sol? ...
Con materiales que se pueden comprar en cualquier tienda, junto a los estándar que utilizan los promotores para crear sus productos para todos los públicos, y con precios similares, podemos llenar un espacio de color y originalidad, a través de la imaginación y la creatividad.
La cocina es de IKEA, revestida con paneles de madera hechos a medida para el proyecto. Las puertas son blancas, sencillas y económicas, a las que añadimos divertidos paneles cortados a láser que siguen el esquema formal y cromático del resto de la casa.
Los muebles se compran en tiendas que ofrecen productos cuidadosamente diseñados a precios asequibles.
Todo estaba en las tiendas, todo lo que teníamos que hacer era soñar con algo poco convencional.