La Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas es una de las construcciones más icónicas del mundo de la arquitectura de las últimas décadas.
La NAT (T4) del Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas está situada tres kilómetros al norte de las antiguas terminales TI, T2 y T3 de Barajas. El concepto de diseño original se ha mantenido en el nuevo edificio y responde a los complejos y amplios requisitos del pliego de condiciones, organizando la actividad en tres edificios:
Un aparcamiento de 310.000 m2, con capacidad para 9.000 plazas.
El edificio terminal está separado del aparcamiento por explanadas, que actúan como intercambiador de transportes para autobuses, taxis, metro, trenes y vehículos privados. Atiende vuelos internacionales y vuelos Shengen (vuelos dentro de los países de la Unión Europea). Con cerca de 500.000 m2 (distribuidos en 6 niveles), cuenta con 174 mostradores de facturación, 38 puestos para aviones y pasarelas aeroportuarias situadas en el muelle de embarque que miden 1,2 Km de largo.
El Edificio Satélite, situado entre las nuevas pistas (a 2 km del edificio de la terminal principal), alberga todos los vuelos internacionales no Shengen de la NAT. También hay una zona flexible que da servicio a todas las rutas de vuelo: no Shengen, internacionales, nacionales y Shengen (complementando el edificio terminal). El edificio tiene casi 300.000 m2 y 26 cabinas para aviones.
El edificio del aparcamiento se compone de seis módulos funcionalmente independientes pero que aparecen como una unidad mediante el revestimiento exterior y una cubierta ajardinada de 56.000 m2. El acceso directo al aparcamiento desde la carretera se realiza a través de uno de los seis pasos a nivel vigilados, donde se asigna automáticamente una plaza a cada vehículo. Desde el aparcamiento se accede al edificio terminal a través de una pasarela peatonal. Ambos edificios, el aparcamiento y la terminal, están separados por los vestíbulos. Las explanadas están formadas por una serie de caminos y plataformas a distintos niveles, todos ellos cubiertos por la prolongación de la cubierta ondulada de la Terminal.
El Edificio Terminal alberga tres módulos lineales (espina dorsal de facturación, espina dorsal de procesamiento, muelle), y cumple distintas funciones según el flujo de pasajeros (llegadas o salidas). Recepción de pasajeros, mostradores de facturación, control y embarque para vuelos de salida; desembarque, recogida de equipajes y salida de pasajeros del edificio para vuelos de llegada.
Estos módulos están separados entre sí por cañones llenos de luz que proporcionan iluminación natural a los niveles inferiores del edificio. Esto contribuye a la estrategia medioambiental: reducir el consumo de energía. Además, esto también reduce los costes de mantenimiento y conservación. En estos espacios tiene lugar la circulación vertical de pasajeros, a través de escaleras, rampas o ascensores. Éstos son un elemento muy importante para la orientación del pasajero, ya que indican la secuencia de acciones que debe realizar al llegar o salir.
Los edificios Terminal y Satélite están separados por razones aeronáuticas, como la ubicación y el tamaño de las pistas de aterrizaje y despegue (existentes y nuevas). Los dos edificios están conectados por un túnel que pasa por debajo de las pistas. El túnel tiene dos plantas con tres huecos en cada una. El nivel superior tiene dos zonas laterales de unos 10 metros de ancho para la circulación de vehículos autorizados y un espacio central de 13 metros, donde se sitúa el Automatic People Mover (APM). La parte inferior, con tres espacios de idénticas dimensiones, está totalmente dedicada al sistema automático de tratamiento de equipajes (SATE).
Independientemente del tipo de vuelo, todos los pasajeros que utilizan el NAT Barajas tienen que pasar por el edificio Terminal, ya que aquí se concentra toda la facturación y recogida de equipajes. La utilización de los sistemas APM (ascensores, escaleras mecánicas y pasillos rodantes) junto con el SATE permite el movimiento simultáneo de equipajes y pasajeros. De este modo, el edificio Satélite se reserva principalmente para los controles de seguridad de los vuelos internacionales y para el embarque y desembarque de este tipo de vuelos. Existe un acceso directo al Satélite desde las vías exteriores, pero está reservado al personal autorizado, no a los usuarios del aeropuerto.
El Nuevo Barajas tiene una cifra total de 70.000 pasajeros al año, incluyendo las terminales T1, T2 y T3, con posibilidad de mover 18.000 en hora punta. A pesar de la envergadura del proyecto, el diseño del NAT Barajas ofrece un espacio funcional y confortable para el pasajero, un espacio urbano y arquitectónico con escala humana tanto exterior como interiormente y una armonía con el entorno, minimizando el impacto medioambiental.