Un refugio en la naturaleza. Un lugar donde contemplar el verdor del entorno mientras se disfruta de una cocina honesta con el producto y sin estridencias. Estancias donde la LUZ natural que se cuela en los interiores y se tamiza a través de los objetos, va dibujando formas en los espacios. Un antiguo kiosko ubicado en una zona verde en Pozuelo de Alarcón, amplía su arquitectura en dos de sus costados con la intención de crear dos estancias acristaladas que se alimenten de la naturaleza que rodea el edificio. Los materiales sostenibles como el eco-cemento, generan una envolvente en color tierra (similar a la del parque donde se encuentra el restaurante) en techo, paredes y suelo. La madera de roble y las flores liofilizadas son los protagonistas del espacio. Haciendo honor al sol y su amanecer cobrizo, jugamos con el cobre natural y acero

inoxidable en cortinas, pies de mesa, mobiliario e iluminación. Destaca el árbol de corteza natural y la obra de arte redonda en el salón chimenea, que llenan de fuerza el entorno calmado donde hemos querido rendir homenaje a la luz natural y al amanecer. El ala derecha del edificio alberga un área pensada para una mesa grupal revestida con microcemento y coronada con una lámpara diseñada por Lola Rúa, realizada a base de ramas naturales, flores liofilizadas, madera de roble y bombillas de filamentos con forma de fruto.